lunes, 13 de octubre de 2014

Capitulo 70.

Pov: Helena

Después de una semana y media, los esfuerzos de mi abuelo Edward y Carlisle habían conseguido que Dani estuviese estable. Eso me habría alegrado si no fuese porque estar estable dentro de la gran gravedad en la que se encontraba no era un gran avance.  Todos teníamos claro que aquel general que vino a dejar aquí a Daniel pensaba que él se moría, y sinceramente a mí alargar la espera de algo que me mataría si pasase me provocaba una gran agonía.

Sam me llamaba todos los días para preguntar cómo estaba Daniel, y en verdad eso era un gran apoyo para mí. Parecía que los padres de Dani ya me habían aceptado completamente como de la familia cuando aún ni siquiera sabían que nos íbamos a casar, porque ahora de verdad soñaba con casarme con Dani, con una gran boda con la gente a la que quería y con vestirme de blanco. Y me dolía el pecho cada vez que pensaba que existía una pequeña posibilidad de que no llegase a hacerlo nunca. 

Me pasaba muchas horas en la habitación de Dani, agarrándole la mano y, a veces, contándole momentos que habíamos vivido juntos y algunas anécdotas que él me había contado. Mi abuelo decía que eso le haría bien, que quizás escuchar mi voz le hacía despertar antes, o quizás escuchar canciones. Por eso, de vez en cuando, le ponía alguna canción suya  para que la escuchase. Los sobrinos de Dani no entendían muy bien lo que pasaba, aunque eran lo suficientemente listos como para saber que  no era nada bueno.

Dani tardó un mes en mostrar alguna señal de recuperación, al menos mi abuelo decía que ahora escuchaba su mente, aunque no eran pensamientos claros. Yo estaba deseando que un dia al coger su mano el me devolviese el apretón y, a decir verdad, nunca esperaba que fuese en ese momento. Dani me apretó la mano justo cuando, por una vez, se me ocurrió ponerle una canción mía y no una suya. Una canción mía escrita para él. Llamé a mi  abuelo casi a la velocidad de la luz y en cuanto llegó me hizo salir de la habitación. Yo  le conté a la familia de Dani lo que había pasado, y por qué mi “amigo” Edward estaba allí dentro, y por primera vez en ese largo mes pude ver algo de esperanza en sus caras.

La verdad es que estar en casa de Dani con él en una cama inconsciente era demasiado raro. Carlisle y Edward lo revisaban cada 4 horas con la esperanza de que presentase más síntomas de despertar con los medicamentos. Yo estaba subida en el poyete de la ventana. Cualquiera que me viese pensaría que estaría loca, que quería suicidarme o algo así. Pero estaba mirando la luna. Como la primera vez que salí sola con Dani. Me recordaba a él, a nuestra historia. Mi teléfono sonó y por la hora supe que era Sam.

-Hola – dije al descolgar el teléfono

- Hola pequeña –  la voz de Sam había conseguido tranquilizarme durante todo este tiempo.  Era como tener un amigo mayor, un padre al que pudieses contarle todo sin que se tensase cada vez que le hablas de amor.

- ¿Cómo está hoy? ¿Alguna mejoría?

- todo sigue igual- dije- mi abuelo dice que va mejorando porque puede oírle, pero… ¿sabes? Cuando eres totalmente humana que alguien te diga que lo escucha pensar tampoco es que consuele mucho

-pero si ahora lo escucha y antes no… ¿será una mejoría no?

- ¿pero que nos hace pensar que las personas que están al borde de la muerte no piensan? Ninguno de nosotros hemos muerto y no podemos saberlo

- bueno, tu estuviste muy enferma cuando tu embarazo  ¿no?

- si…pero no recuerdo nada- respiré hondo- sólo recuerdo estar trabajando, y luego despertar y que Dani me explicase el riesgo de mi embarazo

- ¿cómo fue?-  no me esperaba esa pregunta, y a decir verdad, era la primera persona que me preguntaba algo así

-¿enterarme de que Daphne se iba a morir de todas formas?

-afrontarlo- dijo él- afrontarlo absolutamente todo, desde…desde lo de mi…hijo, hasta que volviste a Forks a enfrentarte a tu pasado

- creo que nunca pensé en cómo lo afrontaría. Me fui porque no tenía el valor de decírselo a mis padres, porque no quería problemas en la manada aunque aún así los creé- respiré hondo de nuevo- conocí a los chicos más maravillosos del mundo y estuve acojonada pensando que se irían cuando descubriesen mi embarazo. Me fui enamorando sin quererlo de Dani, me fui enamorando tan perdidamente que deseaba haberlo conocido antes, porque él nunca iba a fijarse en una cría de 17 años embarazada. Pero  nunca, nunca se iba. ¿sabes la de veces que me hacía sonreír? Incluso cuando me dolía el pecho por echaros de menos, me hacía reír. Y… recuerdo lo claro que fue diciéndome que Daphne tenía un problema de corazón y que el médico le había dicho que acabase con mi embarazo. Recuerdo cómo me miró cuando era misma noche le hable de vosotros. Y como en vez de huir, al día siguiente apareció con un vestido de bebé, chucherías y muchas, muchas ganas de escuchar todas mis historias. No sé de dónde saqué las fuerzas para afrontar que Daphne se moría, solo sé el día y hora exacta en la que me rompí. Y aún puedo sentir como sus brazos me rodearon el 2 de septiembre a las  5 menos 20 de la mañana.  Lo ví desvivirse por mí los siguientes meses y cuando yo pensaba que nada iba a hacerme mejorar me llevó a casa. Él me llevó a casa. Aún después de habernos dicho que nos queríamos pero no dejarle si quiera que me besara. Y me siento la peor persona del mundo por todas las dificultades que le he puesto, y  me arrepiento de no haberle dicho más veces que le quiero, que daría absolutamente todo por él, que voy a partirme el pecho por verle sonreír. Que no puede morirse – había empezado a llorar hace rato- Sam, no voy a salir de esta como pierda a Dani… esta vez no…

-Helena… no debí haberte preguntado- dijo él- no vas a perderle, te quiere demasiado como para perderle, no se va a dejar morir

-Sam…- suspiré fuerte intentando retener las lágrimas- creo que nunca te lo he dicho y.. ahora que ya he cumplido los 20 años, va siendo hora de dejar claro lo que siento. Necesito un abrazo, necesito un abrazo tuyo Sam- Supe por como escuchaba la respiración al otro lado del teléfono que Sam intentaba no llorar

-Prometo que si no vuelves pronto iré a buscarte- sonreí al escucharle

- y yo te prometo que siempre serás mi otro padre-sonreí- y si Daniel sale de ésta, serás el tercer abuelo de mis hijos, y eso no te lo va a quitar nadie.

Pov. Daniel

Deseaba volver a España. Acabar con toda esta guerra en la que veía morir a gente a mi alrededor y me atormentaba pensando que faltaría a la promesa de volver a casarme con Helena. Recuerdo el estallido de algo contra mí, y dolor. Mucho dolor y luz. Y después todo, absolutamente todo negro. Y una voz que no entendía nada hablándome a lo lejos. Y no sé cuanto tiempo pasó hasta que escuché esas dos voces claras y a mi lado. Y juro qe quise llorar cuando supe de quienes era. Y lloré al abrazarlos. Allí estaba con esas sonrisa de olluelo izquierdo inconfundible. Hugo. Mi pequeño Hugo.

-papá- dijo. Cómo lloré al abrazarlo. Había crecido. Yo no sé donde estaba, pero mi hijo había crecido como si en verdad nunca se hubiese ido. – papá- sus pequeñas manos me limpiaron las lágrimas que salían de mis ojos- tienes que ser fuerte, porque antes de irte me dijiste que te ibas a casar con Helena. Sólo tengo 4 años, pero te he estado escuchando cada vez que vas a llevarme flores- él sonrió- Helena y tú teneis que casaros, a Daphne y a mí nos gustaría

-¿Daphne? – lo miré sorprendido- ¿está aquí Daphne?

-si, siempre está conmigo-el sonrió ampliamente- le enseño a hablar, y a andar. Es una hermana genial

- creo…Hugo, ¿Dónde estamos? ¿estoy muerto? ¿la guerra me ha ganado?

-nada de eso- él negó- Daphne y yo sólo estamos en tu cabeza. Nos ha costado mucho que nos escucharas, estabas como perdido hasta que Helena te puso su canción

- genial…entonces…estoy soñando ¿no? No sois reales, sólo estais en mi cabeza

- Estamos en tu cabeza-dijo él- pero somos tan reales como tú- él miró hacia su derecha y una pequeña niña de dos años llegó. Tenía los ojos de Daphne, estaba claro que era Daphne. Y yo no sabía si me estaba volviendo loco

- Hugo… no entiendo nada

- no tienes que entenderlo- dijo él- tienes que sentirnos. Estamos aquí –señaló mi corazón- como Helena. Edward puede escucharnos en tu cabeza. Y Helena está esperándote.

- si, mi madre te quiere mucho- dijo Daphne- Y Hugo y yo queremos que vuelvas. Queremos tener un hermanito.

- me estoy volviendo loco- dije- me estoy muriendo seguro

- no- dijo Hugo- están haciendo todo lo posible para que te despiertes

- ¿y por qué no me despierto?

- no estás listo- dijo Daphne.- por eso hemos venido. Por eso estamos aquí

- hablas como tu madre- sonreí- no te entiendo nada

- papá- Hugo me miró fijamente- nosotros no podemos volver, no podemos quedarnos como puedes hacer tú. Pero ninguno de los dos está preparado para irse- se encogió de hombros- los dos queremos veros felices. Yo porque Helena te ha hecho volver a sonreír, Daphne porque tú haces feliz a Helena. Sabemos que estaremos preparados para irnos cuando vosotros estéis felices

- ¿iros a donde?

-estamos muertos- dijo Daphne- irnos. Descansar en paz, como decís vosotros.

-¿ y yo?

- tú tienes que volver- dijo Hugo- si quieres. Puedes volver con Helena. Nosotros queremos que hagas eso. Y tan sólo tienes que querer, estar listo para volver

-¿y qué pasará con vosotros si vuelvo?

-no podrás vernos, ni oírnos- dijo Daphne- pero siempre estamos. Nos gusta veros reír

-¿ y como…?

- ¿Cómo vuelves?- dijo Hugo- fácil. Deseándolo con todas, todas tus fuerzas

-ya lo hago- dije yo

- no- sonrió Daphne- ahora no lo haces, no quieres perdernos. Pero no podemos quedarnos y…tienes que decidir que quieres hacer, si quieres volver con mi madre, o si quieres irte para siempre. Pero no harás ninguna de las dos cosas hasta que no lo decidas de corazón.

-----------------------------------------------------------------------------------------
Aqui os dejo otro cap! espero que os guste, intentaré subir lo más pronto que pueda, lo prometo :)
muchos besos, cuidaros muuuuuuchisimo